Plata procesadora de Coco de Guanta: Mariano Espino Sucesores

Una de las frutas que más abundaban en el municipio portuario es el coco, y el valle de guanta, era fiel reflejo de estos, pues, sus altos cocoteros nos daban una idea del tiempo que tenía estos árboles de más de 100 metros de altura y que quedan algunos en pie. No cabe duda que la abundante materia prima dio pie para la instalación de una de las principales industrias procesadoras de coco del país.

Fundación de la procesadora de Coco

A comienzos de 1900 Mariano Espino inauguró la empresa procesadora de copra o aceite de coco, con el que se elaboraba jabones, aceite y cachapas para alimentar cerdos. Esta empresa se llamaba Mariano Espino Sucesores y la fábrica estaba en la calle Real, actual Av Valentín González, donde aún persiste un portón en forma de arco de cemento en el que todavía se lee el nombre de esta factoría, aunque la casa donde funcionaba la fábrica ya no existe.

Era una edificación grande que en la década de 1930 tenía techo de láminas metálicas y paredes de bloque, dentro de la que estaban todas las máquinas para sacar el aceite del coco y la copra, también llamada cachapa, que se hacía con los residuos del proceso de extracción y que servía para la alimentación de los cochinos.

Saliendo desde La Picha existía un estrecho camino que pasaba por debajo del puente y que conducía hacia esa casa, conocida como Aceitera los Aveledo, apellido de la familia que se hizo propietaria de esta empresa en la década de 1930.Cerca de la misma existía una acequia y un riachuelo, donde niños y jóvenes acostumbraban a bañarse en las calurosas tardes del sábado y del domingo.

Existía allí una prensa que trituraba el coco hasta obtener el aceite. La prensa dejaba el coco convertido en la cachapa, mientras que por unos conductos se recogía el aceite en toneles y se embarcaban para La Guaira, estado Vargas, desde el puerto de Guanta.

¿Quienes Formaban parte de la Procesadora de Coco?

Cuenta Jesús Antonio Cardozo, operario de esta fábrica, que cuando la prensa estaba funcionando, los trabajadores sacaban la cachapa para cubrirla con el aceite caliente que manaba de la misma para luego comérsela, ello constituía una de las golosinas más populares entre los obreros.

En 1937 había veinte trabajadores que operaban las máquinas dentro de la planta, la mayor parte de los cuarenta restantes eran los llamados alcanzadores y recogedores. Los primeros subían al cocotero y tiraban el coco desde las alturas, mientras que los recogedores iban desde los valles, ubicados en lo que actualmente es la urbanización Las Palmas, hasta el sector conocido como El Tapón, ubicado al final del actual Puerto de Guanta.

Completaba el personal de la fábrica los llamados peladores, quienes disponían de una puya metálica calzada en un palo en forma de chícora invertida. En el palo apoyaban la rodilla y por arriba clavaban el coco con ambas manos, dividiendo la concha o cáscara en tres pedazos.

Se cuenta que un pelador debía pelar al menos cuatro mil cocos diarios, comenzando a las seis de la mañana y a un ritmo de trescientos cocos por hora para ganar un fuerte, que era una moneda de plata que valía cinco bolívares. Pero muchos incluso apenas alcanzaban a ganar en un día 2,50 bolívares por dos mil cocos.

Procesamiento del coco

El coco pelado se llevaba al tendal que estaba en el sitio donde fue edificada luego la Casa de la Cultura, frente a la denominada plaza Generalísimo Francisco de Miranda, cerca del extremo este del puente toronoima ubicado sobre la quebrada. Allí la pulpa del coco se ponía a secar y luego se llevaba a los molinos, en la fábrica ubicada en la calle Real Actual Av Valentín González y en el sitio denominado para ese entonces como La Crucita, sector conocido así porque allí existía una cruz pequeña que fue colocada para aplacar a los espantos que se decía salían ahí por las noches.

Esta compañía representó en su época una de las más importantes fuentes de empleo de la comunidad guanteña. El producto que se obtenía con la procesadora era distribuido no sólo en la región sino en diversas partes del país. Aún en 1948 existía la procesadora de aceite de coco y de cachapas, pero cerró a principios de la década de 1950.

Portón de los espinos

De lo que fue la planta de procesamiento de Copra en Guanta quedan algunas ruinas, entre ellas unas columnas laterales que sostienen un arco rebajado y zócalo con figura circular concéntrica y la inscripción “Mariano Espino y Sucesores”.

Fue declarada como Monumento Comercial por el Consejo Nacional de la Cultura en marzo de 1992. Luego de eso, estas instalaciones fueron desmanteladas y vendida su maquinaria y sólo sigue en pie como testigo de su existencia el Portón de los Espino, llamado así por los habitantes de la comunidad. Esta obra en la actualidad no se puede apreciar por la construcción de un kiosko y el poco mantenimiento del actual dueño del terreno donde se encuentra ubicado ese monumento histórico.

La procesadora estaba integrada en una planta rectangular conformada por un espacio central donde se ubicaba la maquinaria y equipos, y dos módulos laterales para depósito, con acceso directo al exterior y a las instalaciones de servicios.

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